MANUEL ROMERO ÁLVAREZ, fundador y padre de los actuales propietarios, comienza su actividad empresarial bajo un decidido impulso emprendedor y una filosofía cimentada en el esfuerzo diario.

La empresa original pasa a denominarse ROMERO ÁLVAREZ, S.A., cuya actividad principal se fundamenta en la producción de aceite de oliva y aceite de girasol.

ROMERO ÁLVAREZ, S.A. continúa creciendo, invierte y diversifica su actividad con la compra de fincas de labor de olivar y dehesas.

Se construye un secadero de jamones y se abren las tiendas directas al público. Nace la marca de la segunda actividad principal de la empresa: LOS ROMEROS DE ALANÍS, destinada a la cría, vida, engorde, sacrificio, despiece, producción y distribución final de los productos derivados del cerdo ibérico de bellota.

Con el fin de llevar la completa trazabilidad de sus productos y adaptarse a las crecientes demandas del mercado, ROMERO ÁLVAREZ, S.A. realiza una expansión de las bodegas de jamones y adquiere varios criaderos de lechones bajo los criterios de mejora continua.

ROMERO ÁLVAREZ, S.A. se ha convertido en una empresa ampliamente consolidada en el mercado nacional y con diversas exportaciones a la Unión Europea y a China, que mira al futuro con ilusión para seguir avanzando; con la tercera generación liderando el proyecto con la misma ilusión que sus predecesores. 

Es esta tercera generación la que apuesta por el nuevo proyecto ROMERO ÁLVAREZ RURAL, diversificando una vez más el negocio y poniendo en valor el patrimonio arquitectónico presente en  sus dehesas.